• La vivienda en alquiler social representa tan solo el 2,4% del parque, unos recursos totalmente insuficientes para la inclusión social de las personas sin hogar.
• Es la principal conclusión del informe “Radiografía del alquiler social y el sinhogarismo en España” del Observatorio del Alquiler impulsado por la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos, a las que se une ahora tuTECHÔ.
El alquiler social es un instrumento imprescindible para combatir el problema del sinhogarismo. Sin embargo, no llega al 95,99% de las personas que lo necesitan, debido sobre todo a la escasez de vivienda pública, que tan solo representa un 2,4% de los 18 millones de hogares que hay en España. Aumentar el parque de viviendas en alquiler social es, por tanto, fundamental para mejorar la calidad de vida y las oportunidades de las personas sin hogar.
Esta es la principal conclusión del informe “Radiografía del alquiler social y el sinhogarismo en España”, que presenta hoy el Observatorio del Alquiler impulsado por la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos, a las que ahora se une la SOCIMI social tuTECHÔ, especializada en proporcionar soluciones habitacionales y ofrecer acompañamiento a las personas en situación de sinhogarismo.
El alquiler social se erige como el punto de partida no solo para proporcionar una vivienda a quienes carecen de ella, sino también como motor para impulsar la inclusión y poder acceder así a otras oportunidades, por ejemplo, en el ámbito laboral. Sin embargo, con tan solo un 2,4% del parque de viviendas, los recursos públicos resultan del todo insuficientes para hacer frente a las más de 375.000 peticiones que se registraron el año pasado.
Así, se explica que el 95,99% de las personas en situación de sin hogar podrían beneficiarse de algún tipo de programa de alquiler social y no lo hacen. La mayoría, de hecho, prefiere optar a ayudas económicas antes que a un alquiler social, ya que perciben que no podrán acceder a estos recursos como consecuencia del déficit de vivienda pública: un 80,4% reconoce haber solicitado una prestación económica, una cifra abrumadora frente al 3,7% que pidió una ayuda de alojamiento.
Acceder a un alquiler social supone diversos y profundos cambios en las características socioeconómicas de las personas sin hogar, incluyendo mejoras en la estabilidad laboral y la calidad de las viviendas. Pero la falta de cobertura pone en evidencia el desbordamiento del sistema y la urgente necesidad de incrementar el parque de vivienda pública para que los recursos lleguen a las personas que de verdad lo necesitan.
PERFIL DEL SINHOGARISMO
Según se desprende de este informe, el sinhogarismo es un problema que afecta con especial dureza a personas con un bajo nivel educativo y de ingresos, lo que subraya la relación directa entre educación, empleabilidad y riesgo de falta de hogar, que, de producirse, limita extremadamente las posibilidades de reinserción.
Tan solo un 8,6% de las personas en situación de sin hogar tienen algún tipo de estudios universitarios, y un 3,1% cuentan con algún título de formación profesional. Todos los demás cuentan con estudios básicos de secundaria o inferiores, e incluso un 4% no sabe leer ni escribir. En cuanto al nivel de ingresos, un 90,7% viven con menos de 800 euros en total, de los que un 49,7% no llegan a los 100 euros.
El sinhogarismo afecta más a los hombres, que representan un 76,7%, y a las personas de nacionalidad extranjera, un 49,8% frente al 47,8% de españoles. Por edades, la mayor incidencia se da entre quienes tienen entre 45 y 55 años, y va decayendo a partir de los 60.
En cuanto a la distribución de este problema por comunidades autónomas, Andalucía (20%), Madrid (14%) y el País Vasco (13%) es donde residen más personas sin hogar. Sin embargo, teniendo en cuenta su peso relativo sobre el total de la población, es en Canarias (18,4%), Murcia (12,2%) y Navarra (11,7%) donde tiene más implantación.
PERFIL DEL ALQUILER SOCIAL
Un 2,38% de los hogares en España residen en un régimen de alquiler social, aunque con una distribución desigual por comunidades autónomas. Por ejemplo, en Extremadura representan el 8,3%, mientras que en Aragón o en Castilla y León, tan solo el 0,5%.
El perfil de las personas que viven en alquiler social es de mujeres (54,8%), de entre 45 y 64 años (51,7%) y de nacionalidad española (85%). El nivel educativo alcanzado también es bajo, en general, con mayor prevalencia entre quienes cuentan con el graduado en Educación Secundaria (27,4%), frente al 8,1% que tiene estudios universitarios. Además, el 49,2% tienen un contrato de trabajo fijo, y un 29,5% trabaja de forma estacional o por temporada.