Cuando se formaliza un contrato de alquiler, la fianza constituye una cantidad de dinero correspondiente a un mes de arrendamiento y que se devuelve al inquilino cuando el arrendamiento finaliza, siempre y cuando los pagos estén al corriente y se confirme que la vivienda está en perfectas condiciones.
En la mayoría de los casos, estas cantidades son devueltas, pero ¿qué motivos pueden llevar a un propietario a no devolver la fianza?
DESPERFECTOS EN LA PROPIEDAD
Cuando esta cantidad no es devuelta al inquilino, lo más habitual es que se deba a desperfectos en la casa. Normalmente, lo que ocurre es que no se devuelve de forma íntegra, sino que se cuantifican los desperfectos y se descuenta ese valor del total de la fianza.
MENSUALIDADES PENDIENTES DE PAGO
El impago es otro de los motivos que justifica la no devolución de esta cantidad. Sin embargo, en este caso la fianza suele ser insuficiente para compensar las mensualidades pendientes, pues las situaciones de impago suelen prolongarse durante más tiempo del que abarca la mensualidad de la fianza.
OBRAS SIN PERMISO
Realizar obras sin el consentimiento del propietario (aunque se trate de obras de mejora) también constituye un motivo par no devolver la fianza. Esto se debe a que la vivienda debe entregarse en el mismo estado en el que se encontró al inicio del alquiler.
SUCIEDAD EN EL INMUEBLE
Cuando un inmueble se devuelve con faltas evidentes de limpieza, también se puede retener de la fianza la cantidad correspondiente al coste que tendrán esas labores de limpieza. Esos gastos deben ser siempre sufragados por los inquilinos.
IMPAGO DE SERVICIOS
En los casos en los que se haya dejado pendiente de pago alguna cantidad relacionada con los servicios, los propietarios podrán recurrir a la fianza. Por eso es importante que el contrato aclare cuáles son las obligaciones de inquilinos y propietarios respecto de los servicios.
